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La depresión, síntomas y tratamientos

Existen momentos donde las personas se sienten sin ánimos, y donde se cuestionan diferentes cosas, lo cual provoca que se consideren personas deprimidas. Pero es importante que aprendamos a distinguir el desánimo, que es un estado temporal, de la auténtica depresión, de lo que realmente es más difícil salir. A lo largo de nuestras vidas, atravesamos diferentes fases, de acuerdo a la edad, las cuales van acompañadas de sentimientos y emociones. Es muy normal tener diferentes cambios de humor en un solo día, lo cual son señal de una fase de desánimo. Por otro lado, la afirmación más precisa que puede formularse acerca de la frecuencia de la depresión es que ocurre a menudo y, directa o indirectamente, afecta a la vida de todo el mundo.

LAS DISTINTAS FORMAS DE DEPRESIÓN

La depresión es una enfermedad que puede clasificarse en varias categorías de acuerdo a la función de distintos factores, tales como:

  • La duración: Si la patología persiste durante varios años, estamos hablando de una depresión crónica.
  • La gravedad: Mientras mayores síntomas tengamos, nos encontramos más frágiles y tenemos más alterada nuestra vida. En este caso, se cataloga como depresión profunda.
  • El periodo. Existen varios tipos de depresión en función del momento en el que se producen los síntomas. Por ejemplo, la depresión estacional, es la que llega en invierno y desaparece en primavera. La depresión posparto, es la que empieza en el mes que sigue al parto; y la depresión tras un duelo, es cuando los síntomas depresivos siguen estando presentes tras dos meses y son abrumadores, etc.

SÍNTOMAS

Los síntomas se producen durante gran parte del día, casi a diario y pueden consistir en:

  • Sentimientos de tristeza, vacío, ganas de llorar o desesperanza.
  • Enojo, irratibilidad o frustación.
  • Pérdida de interés o placer por la mayoría de actividades habituales o todas.
  • Alteraciones del sueño, como insomnio o dormir demasiado.
  • Cansancio y falta de energía.
  • Falta de apetito y adelgazamiento, o más antojos de comida y aumento de peso.
  • Ansiedad, agitación o inquietud.
  • Sentimientos de inutilidad o culpa, fijación en fracasos del pasado o autorreproches.
  • Dificultad para pensar, concentrarse, recordar cosas y tomar decisiones.
  • Pensamientos frecuentes o recurrentes sobre la muerte, pensamientos suicidas, intentos suicidas o suicidio.
  • Problemas físicos inexplicables, como dolor de espalda o de cabeza.

En el caso de niños y adolescentes, los signos y síntomas son similares a los adultos, pero puede haber algunas diferencias.

  • En los niños más pequeños, los síntomas pueden consistir en tristeza, irratibiliad, preocupación, apego, dolores, negarse ir a la escuela o bajo peso.
  • En los adolescentes, los síntomas pueden comprender tristeza, irritabilidad, sentirse inútil, ira, bajo rendimiento academico, sentirse incomprendido y sensible, consumir drogas de uso recreativo o alcohol, comer o dormir demasiado, perder el interés por las actividades habituales, autolesionarse y evitar toda interacción social.

DIAGNÓSTICO

Según el instituto nacional de salud mental, para poder diagnosticar depresión a una persona, esta debe presentar cinco síntomas de la enfermedad todos los días, casi todo el día, por lo menos durante dos semanas. Uno de los síntomas debe ser un estado de ánimo depresivo o la pérdida de interés o placer en casi todas las actividades. Es posible que los niños y los adolescentes se muestren irritables en lugar de tristes.

INTERVENCIÓN/TRATAMIENTO

El tratamiento ideal de la depresión dependerá de las características específicas del subtipo de depresión.

A continuación algunos tratamientos para la depresión:

  • Mindfulness: Se basa en la autobservación, meditación y atención plena a la vida cotidiana.

Diferentes estudios realizados han sido dedicados a explotar como la práctica de la respiración consciente ayuda con los síntomas de la depresión. En el año 2011, una investigación publicada en el Cognitive Therapy and Research Journal demostró como prestar atención a la respiración ayuda a reducir el parloteo mental, los pensamientos negativos y la depresión. En el estudio también se demostró como las personas tenían menos miedo al percibir sensaciones en el cuerpo. Lo cual es importante, ya que las personas con depresión se centran en patrones de pensamientos negativos y en muchas ocasiones permanecen atrapados en ellos. Por otro lado, existen consejos para trabajar con personas con depresión al momento de aplicar cualquiera de las técnicas de mindfulness.

  • Tratamiento farmacológico: Se utilizan antidepresivos, ansiolíticos y otros fármacos coadyuvantes, como las hormonas tiroideas, el carbonato de litio o psicoestimulantes.
  • Psicoterapia: Se ofrece seguridad, confianza, comprensión y apoyo emocional; se intentan corregir los pensamientos distorsionados; se explica el carácter temporal y se desdramatiza la situación; se consigue la participación del paciente en el proceso curativo y, por último, se enseña a prever las posibles recaídas.
  • Tratamiento electroconvulsivo: Se realiza en algunas circunstancias (depresión mayor grave del adulto, depresión resistente), bajo control anestésico y miorrelajación. Es una técnica segura y sus efectos secundarios sobre la memoria son habitualmente leves y transitorios. Por razones operativas, económicas y socio-culturales se reserva a indicaciones muy concretas.
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